Dale señor el descanso eterno
Vídeo monocanal
01:30. Calidad [2160 p 4K]
2022
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2022
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Voz y sonido: Unicamenteandrés
Cámara: Camilo Meneses Interpretación: Fernando Hurtado. |
Un sacerdote de manos negras y sotana blanca nos invita a entrar. ¿A dónde? ¿Qué es este espacio vegetal? ¿Un altar, un templo? O quizás, ¿un bosque tropical donde la manigua cae dramáticamente hasta el suelo? ¿Es, acaso, el monte bravo donde las ánimas se posan sobre las hojas antes de caer la noche? ¿La orilla del río Atrato sobre la que vuelan las zánganas – brujas de alas oscuras? También podría ser el laboratorio secreto de una alquimista en busca del último resorte de la naturaleza. El refugio húmedo de un yerbatero que conoce la vibración de las plantas sagradas. La guarida de un chinango que sabe cómo activar con palabras las potencias medicinales y espirituales del matarratón, la suelda con suelda, el romero. Espacio inenarrable. Más que un lugar físico, éste es un territorio mítico. El de la magia blanca y negra. La buena y la mala. La que sana y la que mata. La que rige todo.
La túnica da una clave. No la mueve solo el viento de la selva, sino invisibles energías paganas que el sacerdote modula con ademanes occidentales. Potente imagen donde colisionan la tradición católica que le dio forma a América, por un lado, con la resistencia africana que esta narrativa oficial precisamente dejó por fuera. La historia del continente se posa sobre este cuerpo, esta piel, este gesto, mientras la brisa mística nos revela que estamos atravesando un umbral. Abismo donde reverberan lo solar y lo lunar, lo terrenal y lo cósmico, lo carnal y lo espiritual. Frontera sutil, dinámica, donde es posible un cruce inédito entre las fuerzas vegetales, humanas y sobrenaturales.
Fragmento texto curatorial Sol Astrid Giraldo
La túnica da una clave. No la mueve solo el viento de la selva, sino invisibles energías paganas que el sacerdote modula con ademanes occidentales. Potente imagen donde colisionan la tradición católica que le dio forma a América, por un lado, con la resistencia africana que esta narrativa oficial precisamente dejó por fuera. La historia del continente se posa sobre este cuerpo, esta piel, este gesto, mientras la brisa mística nos revela que estamos atravesando un umbral. Abismo donde reverberan lo solar y lo lunar, lo terrenal y lo cósmico, lo carnal y lo espiritual. Frontera sutil, dinámica, donde es posible un cruce inédito entre las fuerzas vegetales, humanas y sobrenaturales.
Fragmento texto curatorial Sol Astrid Giraldo