Cartas, documentos legales y declaraciones
1815
Firmándolo con el seudónimo El Americano, Simón Bolívar redacta en Jamaica un artículo periodístico en el cual analiza la situación étnica y social de Hispanoamérica, 1815.
“(…) no es probable que las facciones de razas diversas lleguen a constituirse de tal modo que una de ellas logre anonadar a las otras. la misma extensión, la misma abundancia, la misma variedad de colores da cierta neutralidad a las pretensiones, que vienen a hacerse casi nulas. el indio es de un carácter tan apacible que sólo desea el reposo y la soledad; no aspira ni aun a acaudillar su tribu, mucho menos a dominar las extrañas. Felizmente esta especie de hombres es la que menos reclama la preponderancia; aunque su número excede a la suma de los otros habitantes el indio es el amigo de todos, porque las leyes no lo habían desigualado y porque, para obtener todas las mismas dignidades de fortuna y de honor que conceden los gobiernos, no han menester de recurrir a otros medios que a los servicios y al saber; aspiraciones que ellos odian más que lo que pueden desear las gracias. así, pues, parece que debemos contar con la dulzura de mucho más de la mitad de la población, puesto que los indios y los blancos componen los tres quintos de la populación total, y si añadimos los mestizos que participan de la sangre de ambos, el aumento se hace más sensible y el temor de los colores se disminuye, por consecuencia, el esclavo [esclavizado] en la américa española vegeta abandonado en las haciendas, gozando, por decirlo así, de su inacción, de la hacienda de su señor y de una gran parte de los bienes de la libertad; y como la religión le ha persuadido que es un deber sagrado servir, ha nacido y existido en esta dependencia doméstica, se considera en su estado natural como un miembro de la familia de su amo, a quien ama y respeta”.
*Cuando Bolívar habla de colores, se refiere a las personas de ascendencia africana.
*Cuando Bolívar habla de colores, se refiere a las personas de ascendencia africana.
“Estamos autorizados, pues, a creer que todos los hijos de la américa española, de cualquier color o condición que sean, se profesan un afecto fraternal recíproco, que ninguna maquinación es capaz de alterar. Nos dirán que las guerras civiles prueban lo contrario. No, señor. las contiendas domésticas de la américa nunca se han originado de la diferencia de castas: ellas han nacido de la divergencia de las opiniones políticas y de la ambición particular de algunos hombres, como todas las que han afligido a las demás naciones. todavía no se ha oído un grito de proscripción contra ningún color, estado o condición; excepto contra los españoles europeos, que tan acreedores son a la detestación universal. hasta el presente se admira la más perfecta armonía entre los que han nacido en este suelo, por lo que respecta a nuestra cuestión y no es de temerse que en lo futuro suceda lo contrario, porque para entonces el orden estará establecido, los gobiernos fortificados con las armas, la opinión, las relaciones extranjeras y la emigración europea y asiática, que necesariamente debe aumentar la población”.
1817
Manifiesto de bolívar a los pueblos de Venezuela en el cuartel General de Guayana de 1817, con fuertes críticas a la conducta del general Manuel Piar (general de ascendencia africana).
“(…) calumniar al Gobierno de pretender cambiar la forma republicana en la tiránica; proclamar los principios odiosos de guerra de colores para destruir así la igualdad que desde el día glorioso de nuestra insurrección hasta este momento ha sido nuestra base fundamental; instigar a la guerra civil; convidar a la anarquía; aconsejar el asesinato, el robo y el desorden (…) ¿Qué pretende el general Piar en favor de los hombres de color? ¿la igualdad? No: ellos la tienen y la disfrutan en la más grande latitud que pueden desear. El general Piar mismo es una prueba irrevocable de esta igualdad”.
1818
Fuente: Simón Bolívar. Escritos anticolonialistas. Gustavo Pereira, 2013. Simón Bolívar escribe en el Cuartel General de Angostura, a 14 de agosto de 1818, al señor Presidente de la República de Haití, Juan Pedro Boyer.
“Señor presidente: He sabido con el mayor sentimiento la muerte del presidente Pétion: su patriotismo, su generosidad y las demás virtudes que lo caracterizaban, han excitado mi veneración y la de todos mis compatriotas; esa veneración será tan inmortal como el nombre de Pétion. La amistad y el desinterés con que el pueblo y las autoridades de la República de Haití le dieron hospitalidad a los emigrados de Tierra Firme, nos llenaron del más vivo reconocimiento; y yo particularmente hice votos por su prosperidad y por la conservación de la vida del digno jefe que lo gobernaba. Esta catástrofe, burlando mis fervientes deseos, arrebata a Haití uno de sus más bravos defensores y le priva de uno de sus más dignos ciudadanos. Sin embargo, en medio de tantas desgracias, los haitianos deben sentirse felices de la nueva elección que acaban de hacer llamando a V. E. a la primera magistratura de la República, y le ruego que me permita, señor presidente, presentar a V. E. mis más sinceras felicitaciones. Tengo el honor de dar a V. E. algunos datos acerca de los asuntos de Venezuela. Sin duda alguna la última campaña hubiera puesto fin al dominio de los españoles, si algunas circunstancias desgraciadas, como la falta de municiones, no me hubiesen obligado a retirarme hasta que esté en aptitud de dar un golpe seguro. Este momento no está lejos. Hemos recibido de Inglaterra gran cantidad de armas de todas clases, y esperamos aún más, según las noticias que he recibido de Londres. El general Mac Gregor, debe llegar en breve con dos mil hombres de tropa y algunos buques de guerra de primer orden que han sido comprados en Inglaterra por cuenta del Estado.
La España se encuentra en un estado muy crítico, y la guerra entre ella y los Estados Unidos de América es inevitable; creo que el Gobierno americano será el primero en reconocer la independencia de Venezuela. Espero, incluso, que nos proporcione algunos recursos, pues acabamos de recibir al señor Irvine, agente de aquel Gobierno, quien reside en esta capital. Me complacería mucho esta alianza, puesto que sería ventajosa para los dos países, y porque es indispensable que los gobiernos americanos libres se reúnan con el fin de consolidar su independencia y estar así en aptitud de rechazar los esfuerzos de la tiranía. Tenemos noticias positivas de haber sido tomadas Quito y Lima por los ejércitos de Buenos Aires, y acabo de enviar armas y municiones a los patriotas de la Nueva Granada para terminar la pacificación de esas provincias. Todos los llanos de Caracas están en nuestro poder; tenemos divisiones en todos los puntos esenciales y el ejército principal se hallará en condiciones de luchar, y destruir los últimos esfuerzos del despotismo español. Lo que prueba la debilidad de nuestros enemigos, es que abandonan todo el interior para concentrarse en Puerto Cabello y estar en posición de evacuar el país en caso de derrota. En fin, señor presidente, considerando el estado de las cosas desde el punto de vista más imparcial, la República jamás se ha encontrado en posición tan ventajosa, y creo poder asegurar que el fin de este año verá el término de la guerra en Venezuela. Deseo ardientemente que Venezuela sea libre, con el fin de poder establecer relaciones más frecuentes con los valientes haitianos, y poder manifestarles los sentimientos fraternales y amistosos de los venezolanos hacia ellos, y los míos en particular; le ruego, señor presidente, reciba la seguridad de mi más distinguida consideración, con que tengo el honor de ser de V. E. humilde y obediente servidor”.
La España se encuentra en un estado muy crítico, y la guerra entre ella y los Estados Unidos de América es inevitable; creo que el Gobierno americano será el primero en reconocer la independencia de Venezuela. Espero, incluso, que nos proporcione algunos recursos, pues acabamos de recibir al señor Irvine, agente de aquel Gobierno, quien reside en esta capital. Me complacería mucho esta alianza, puesto que sería ventajosa para los dos países, y porque es indispensable que los gobiernos americanos libres se reúnan con el fin de consolidar su independencia y estar así en aptitud de rechazar los esfuerzos de la tiranía. Tenemos noticias positivas de haber sido tomadas Quito y Lima por los ejércitos de Buenos Aires, y acabo de enviar armas y municiones a los patriotas de la Nueva Granada para terminar la pacificación de esas provincias. Todos los llanos de Caracas están en nuestro poder; tenemos divisiones en todos los puntos esenciales y el ejército principal se hallará en condiciones de luchar, y destruir los últimos esfuerzos del despotismo español. Lo que prueba la debilidad de nuestros enemigos, es que abandonan todo el interior para concentrarse en Puerto Cabello y estar en posición de evacuar el país en caso de derrota. En fin, señor presidente, considerando el estado de las cosas desde el punto de vista más imparcial, la República jamás se ha encontrado en posición tan ventajosa, y creo poder asegurar que el fin de este año verá el término de la guerra en Venezuela. Deseo ardientemente que Venezuela sea libre, con el fin de poder establecer relaciones más frecuentes con los valientes haitianos, y poder manifestarles los sentimientos fraternales y amistosos de los venezolanos hacia ellos, y los míos en particular; le ruego, señor presidente, reciba la seguridad de mi más distinguida consideración, con que tengo el honor de ser de V. E. humilde y obediente servidor”.
1821
Simón Bolívar en comunicación oficial dirigida el 14 de julio de 1821 desde Valencia al presidente del congreso de la Gran Colombia.
“Señor Presidente del Soberano congreso de Colombia. La sabiduría del congreso General de Colombia está perfectamente de acuerdo con las leyes existentes en favor de la manumisión de los esclavos; pero ella pudo haber extendido el imperio de su beneficencia sobre los futuros colombianos que, recibidos en una cuna cruel y salvaje, llegan a la vida para someter su cerviz al yugo. Los hijos de los esclavos [esclavizados] que en adelante hayan de nacer en Colombia deben ser libres, porque estos seres no pertenecen más que a Dios y a sus padres, y ni Dios ni sus padres los quieren infelices. El congreso General, autorizado por sus propias leyes, y aún más, por la naturaleza, puede decretar la libertad absoluta de todos los colombianos al acto de nacer en el territorio de la República. De este modo se concilian los derechos posesivos, los derechos políticos y los derechos naturales. Sírvase V.e. elevar esta solicitud de mi parte al congreso General de Colombia para que se digne concedérmela en recompensa de la batalla”.
*Las leyes de manumisión preveían la liberación paulatina de los esclavos [esclavizados], en números limitados, durante un largo período al final del cual habría de quedar extinguida la esclavitud. era un proceso lento y complicado.
*Las leyes de manumisión preveían la liberación paulatina de los esclavos [esclavizados], en números limitados, durante un largo período al final del cual habría de quedar extinguida la esclavitud. era un proceso lento y complicado.
LEY DE 21 DE JULIO DE 1821. Sobre libertad de los partos, manumisión y abolición del tráfico de esclavos [esclavizados]. El Congreso General de Colombia
3º. En fin, que un objeto de tan grande trascendencia para la República se debe realizar extinguiendo gradualmente la esclavitud; de modo que sin comprometer la tranquilidad pública, ni vulnerar los derechos que verdaderamente tengan los propietarios, se consiga el que dentro de un corto número de años sean libres todos los habitantes de Colombia.
Artículo 1º. Serán libres los hijos de las esclavas [esclavizadas] que nazcan desde el día de la publicación de esta ley en las capitales de provincia, y como tales se inscribirán sus nombres en los registros cívicos de las municipalidades y en los libros parroquiales.
Artículo 2º. Los dueños de esclavas [esclavizadas] tendrán la obligación precisa de educar, vestir y alimentar a los hijos de éstas, que nazcan desde el día de la publicación de la ley; pero ellos, en recompensa, deberán indemnizar a los amos de sus madres los gastos impendidos en su crianza con sus obras y servicios, que les prestarán hasta la edad diez y ocho años cumplidos.
Artículo 7º. Se prohíbe la introducción de esclavos [esclavizados] de cualquiera manera que se haga; prohibiciones asimismo que ninguno pueda traer como sirviente doméstico más de un esclavo (esclavizado], el cual no podrá enajenarse en el país, y a su arribo a los puertos de Colombia se hará entender al introductor la obligación de reexportarlo en que queda constituido, dando para ello las seguridades convenientes. Los esclavos introducidos contra la prohibición de esta ley, serán por el mismo hecho libres.
Artículo 9º. Para colectar estos fondos se establecerá en cada cabeza de cantón una junta llamada de manumisión, compuesta del primer juez del lugar, del vicario foráneo eclesiástico, si lo hubiere, y por su falta, del cura, de dos vecinos y un tesorero de responsabilidad, los que nombrará el gobernador de la provincia.
Artículo 12º. Anualmente en los días 25, 26 y 27 de diciembre, destinados a las fiestas nacionales, la junta de manumisión de cada distrito libertará los esclavos [esclavizados] que pueda con los fondos existentes. Su valor se satisfará a los amos a justa tasación de peritos, escogiéndose para la manumisión los más honrados e industriosos.
Artículo 1º. Serán libres los hijos de las esclavas [esclavizadas] que nazcan desde el día de la publicación de esta ley en las capitales de provincia, y como tales se inscribirán sus nombres en los registros cívicos de las municipalidades y en los libros parroquiales.
Artículo 2º. Los dueños de esclavas [esclavizadas] tendrán la obligación precisa de educar, vestir y alimentar a los hijos de éstas, que nazcan desde el día de la publicación de la ley; pero ellos, en recompensa, deberán indemnizar a los amos de sus madres los gastos impendidos en su crianza con sus obras y servicios, que les prestarán hasta la edad diez y ocho años cumplidos.
Artículo 7º. Se prohíbe la introducción de esclavos [esclavizados] de cualquiera manera que se haga; prohibiciones asimismo que ninguno pueda traer como sirviente doméstico más de un esclavo (esclavizado], el cual no podrá enajenarse en el país, y a su arribo a los puertos de Colombia se hará entender al introductor la obligación de reexportarlo en que queda constituido, dando para ello las seguridades convenientes. Los esclavos introducidos contra la prohibición de esta ley, serán por el mismo hecho libres.
Artículo 9º. Para colectar estos fondos se establecerá en cada cabeza de cantón una junta llamada de manumisión, compuesta del primer juez del lugar, del vicario foráneo eclesiástico, si lo hubiere, y por su falta, del cura, de dos vecinos y un tesorero de responsabilidad, los que nombrará el gobernador de la provincia.
Artículo 12º. Anualmente en los días 25, 26 y 27 de diciembre, destinados a las fiestas nacionales, la junta de manumisión de cada distrito libertará los esclavos [esclavizados] que pueda con los fondos existentes. Su valor se satisfará a los amos a justa tasación de peritos, escogiéndose para la manumisión los más honrados e industriosos.
1824
Fuente: Simón Bolívar doctrina del Libertador. Manuel Pérez Vila. 2009 1824, Simón Bolívar le escribe al perfecto del departamento de Trujillo.
“Todos los esclavos [esclavizados] –ordena– que quieran cambiar de señor, tengan o no tengan razón, y aun cuando sea por capricho, deben ser protegidos y debe obligarse a los amos a que les permitan cambiar de señor concediéndoles el tiempo necesario para que lo soliciten. Previene a V.s. dispense a los pobres esclavos [esclavizados] toda la protección imaginable del Gobierno, pues es el colmo de la tiranía privar a estos miserables del triste consuelo de cambiar de dominador. Por esta razón se suspende todas las leyes que los perjudiquen sobre la libertad de escoger amo a su arbitrio y por su sola voluntad. Comunique V.s. esta orden al síndico Procurador General para que esté entendido de ella y dispense toda protección a los esclavos".
1825
Fuente: Simón Bolívar and the Spectre of Pardocracia: José Padilla in Post-Independence Cartagena. Aline Helg, 2003.
Bolívar desde Lima en 1825, advertía a Santander sobre:
“El espíritu que [Padilla] tiene con respecto al gobierno y al sistema […] Yo creo que este negocio merece muy bien la atención del gobierno, no para dar palos, sino para tomar medidas que eviten en lo futuro los desastres horrorosos que el mismo Padilla prevé. La igualdad legal no es bastante para el espíritu que tiene el pueblo, que quiere que haya igualdad absoluta, tanto en lo público como en lo doméstico; y después querrá la pardocracia, que es la inclinación natural y única, para exterminio después de la clase privilegiada. Esto requiere, digo, grandes medidas, que no me cansaré de recomendar”.
*El marino José Prudencio Padilla fue fusilado por orden de Simón Bolívar el 02 de octubre de 1828. Bajo la denuncia de incitar a los territorios negros contra el gobierno del Libertador.
“El espíritu que [Padilla] tiene con respecto al gobierno y al sistema […] Yo creo que este negocio merece muy bien la atención del gobierno, no para dar palos, sino para tomar medidas que eviten en lo futuro los desastres horrorosos que el mismo Padilla prevé. La igualdad legal no es bastante para el espíritu que tiene el pueblo, que quiere que haya igualdad absoluta, tanto en lo público como en lo doméstico; y después querrá la pardocracia, que es la inclinación natural y única, para exterminio después de la clase privilegiada. Esto requiere, digo, grandes medidas, que no me cansaré de recomendar”.
*El marino José Prudencio Padilla fue fusilado por orden de Simón Bolívar el 02 de octubre de 1828. Bajo la denuncia de incitar a los territorios negros contra el gobierno del Libertador.
1842
Fuente: LA ABOLICIÓN DE LA ESCLAVITUD EN COLOMBIA Y PANAMÁ (1851) Mgdo. OSCAR VARGAS VELARDE.
“Es esclarecedor el caso de los hijos de esclavas [esclavizadas] que supuestamente eran libres, pues de conformidad con la ley, era deber del alcalde en relación con el liberto ‘destinarlo hasta que cumpla veinticinco años a oficio, arte, profesión y ocupación útil, concertándolo a servir con su antiguo amo o con otra persona de respeto que pueda educarlo e instruirlo…’ (Ley de 29 de mayo de 1842)”.
1851
Fuente: LA ABOLICIÓN DE LA ESCLAVITUD EN COLOMBIA Y PANAMÁ (1851) Mgdo. OSCAR VARGAS.
“LA LEY DECISIVA DE LA MANUMISIÓN DE LOS ESCLAVOS [esclavizados] neogranadinos fue aprobada por la Cámara de Representantes, regida en ese momento por José Caicedo Rojas, y luego por el Senado, presidido por el clérigo Juan N. Azuero. Así, se expidió la excerta legal sobre la libertad de los esclavos [esclavizados], la cual, promulgada el 21 de mayo de 1851 por el presidente López, decretó en su artículo 1° que, desde el 1° de enero de 1852, serían libres todos los esclavos [esclavizados] que existían en el territorio de la República de la Nueva Granada. En consecuencia, desde esta fecha comenzaban a gozar de los mismos derechos y cumplir las mismas obligaciones que la Constitución Política y las leyes garantizaban e imponían a los demás granadinos”.
Resumen histórico, constitución y libertades
Para que la institución colonial pudiera llevarse a cabo, los intelectuales de la época elaboraron un circuito de relatos que la justificara. En esta narración simbólica que iniciaría en el siglo XVI -el comercio de portugueses con africanos occidentales iniciaría en el siglo XV-, en el momento mismo de la conexión violenta entre el continente europeo y el entonces nombrado América, se fundó la noción de que Europa colonial debía posicionarse como centro y cúspide sobre el resto de los territorios extra europeos conquistados y por conquistar, justificando las invasiones y el comercio entonces legalizado de africanos hacia América –siendo Portugal y España los primeros territorios en participar de la trata- y en menor cantidad hacia los países europeos participantes de la empresa esclavista. Por lo tanto, la institución colonial europea necesitó levantar tecnologías de representación en las que reprodujera social e intelectualmente, en un principio, un imaginario colectivo y teológico en el que el hombre blanco europeo se pensase como portador del orden civilizatorio masculino y la evangelización, mientras que los “otros”, los pueblos originarios, los africanos y sus descendientes fueran ilustrados en las bases de dichas sociedades como infieles con la necesidad de ser encaminados hacia la virtud y la humanidad de la que carecían.
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El relato de la abolición de la esclavitud desarrollado a lo largo del siglo XIX, ha sido presentado desde la historiografía tradicional, como el resultado de las luchas por la independencia en las nuevas repúblicas en América. Sin embargo, es de anotar que, en las independencias de las colonias españolas en América, las élites criollas temían a la ciudadanía negra. La afirmación historiográfica de que la independencia significó en todos los países el fin de las leyes de castas, debe revisarse con lupa para comprender las contradicciones que significó.
Escudo de la Gran Colombia
1819 — 1820
1819 — 1820
En el siglo XIX, el racismo “de sentido común” se reforzó con el “racismo científico”, que expresaba a la presencia negra en los territorios de América como un obstáculo para alcanzar el desarrollo de la región y equipararse con la civilización europea. La revolución de Saint Domingue (La revolución haitiana 1804) por una parte le posibilitó a Cuba convertirse en el nuevo productor y exportador principal de azúcar, y con ello incrementar la trata aun cuando esta era ya penalizada por la ley. Y por otro lado, significó para los esclavizados y libres (pardos) un ejercicio de referencia esperanzadora en Cuba y el resto del continente. Sin embargo, esta revolución de afrodescendientes en la isla de Haití, señaló para las élites criollas (muchos dueños de haciendas esclavistas) una amenaza latente al orden y gobierno establecido bajo el régimen colonial.
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Escudo de La Gran Colombia
1820 — 1821 |
La contradicción sobre la ciudadanía de personas de ascendencia africana en América durante y después de las guerras de independencias, radicó en que tanto los ejércitos realistas (españoles y autoridades en defensa del sistema y gobierno colonial) y los ejércitos independentistas les ofrecieron a los esclavizados la libertad y la de sus familias si se enlistaban en sus agrupaciones militares. Durante el siglo XIX en pleno desarrollo de las guerras, los independentistas debatían si como nuevas Repúblicas que pretendían alejarse de la corona y su sistema de jerarquización, en donde España dictaba las reglas a emplearse en las colonias, el debate debía centrarse en la emancipación y abolición de la trata y la esclavitud como tema de preocupación. Por una parte, a raíz de la pérdida de la propiedad privada (mano de obra esclavizada) que significaba para los hacendados, el miedo a una sublevación de negros que tomaran como ejemplo la revolución de Haití denominada como una “guerra de razas”. Por otra parte, según la élite el continuar con la esclavitud les alejaba de los procesos de emancipación que ya se desarrollaban con fuerza en Europa desde 1807 emprendida principalmente por los británicos, aquí bajo este último argumento, se comenzó a hablar de “democracias raciales”.
Escudo de La Gran Colombia
1821 — 1830 |
El interés en la abolición residía específicamente en el miedo a la “pardocracia” un gobierno regido por personas de ascendencia africana elegidas por negros en votación o por la toma del poder de manera violenta. La decisión de sumar a los esclavizados y libres a las tropas independentistas, según Simón Bolívar, tenía como propósito aminorar los posibles alzamientos de los cimarrones y esclavizados en la defensa sus derechos y su libertad. Por lo que ofrecerles una noción de libertad gradual y contenida (manumisión), fue vista para los mandatarios como una solución. En 1815 desde su exilio en Jamaica, Bolívar le escribe cartas a la parte británica de la isla solicitando apoyo para las guerras de independencia en la América española, dentro de sus quejas manifiesta que no permitirá que lo sucedido en Haití se repita en el resto del continente debido a que el porcentaje de la población criolla y la superioridad de los intelectuales blancos compensaría su reducido número y aseguraría el centro socioeconómico del gobierno. Bolívar proponía un gobierno sostenido por un presidente vitalicio. Tras no recibir ayuda de los británicos, viaja brevemente junto a José Prudencio Padilla hacia Haití el mismo año, el presidente de la República negra Alexandre Pétion, financió y equipó a dos exitosas expediciones que le permitieron a Bolívar y a sus seguidores desarrollar la última fase de la guerra. Pétion le pidió a Bolívar emancipar a los esclavizados de los territorios que liberaría.
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No obstante, aunque Simón Bolívar en 1816 declaró a quienes tomaran las armas en las Islas Margaritas como libres, explicaba que la libertad de los esclavizados era necesaria porque la República necesitaba del servicio de todos sus hijos, sin embargo, bajo esta acción, solo liberó a hombres de entre 14 y 60 años enlistados en el ejército patriótico. Bajo esta lógica entonces, luego de su regreso de Haití, Bolívar consideraba la emancipación como el mejor antídoto a una revolución esclava, y por lo tanto proponía una discreta igualdad legal.
La libertad guiando al pueblo, de Delacroix.
Tras el fusilamiento de Manuel Piar (militar afrodescendiente relevante en la independencia de Venezuela) en 1817, bajo la orden de Bolívar por supuesto desacato y conspiración racial, José Prudencio Padilla, un militar de ascendencia africana, quien ya se había vinculado al proceso de independencia en 1811, fue ascendido a almirante y general de la República y tomó relevancia en el proyecto. En la batalla de Maracaibo sucedida en 1823, Padilla libera el norte de la región y bloquea los puertos de entrada que les posibilitaba a los españoles la toma del territorio, con este hito se consagra la independencia de la región que comprendía el norte de Venezuela y Colombia. Luego de la victoria parcial de Bolívar en la batalla de Boyacá en 1819, Padilla derrota a los españoles quienes aún mantenían bajo su dominio el norte del territorio. No obstante, no faltaría mucho para que se le comenzaran a imputar sospechas de que quería alentar una guerra de razas. Para esta misma fecha se redactaba la constitución y en ella se determinaba que para ser participante de todo proceso de votación se debía poseer propiedades y no estar supeditado bajo ningún tipo de servilismo.
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Luego de la independencia de Colombia, en los debates del congreso de Cúcuta para la publicación de la Constitución de la República de la Gran Colombia, en 1821 se reconoció la igualdad de todos los nacidos en el país, sin diferencia socioracial. Sin embargo, se aprovecharon los remanentes de las antiguas jerarquías socioraciales de la colonial que solo permitía el acceso a la educación a quienes demostraran su pureza de sangre blanca e implementaron una igualdad basada en los méritos que marginaban a todos los que no habían podido tener acceso a la educación. No obstante, en esta constitución no fue contemplada la abolición de la esclavitud, y en su lugar, se publica una ley de manumisión “La ley de 21 de julio de 1821. Sobre libertad de partos, manumisión y abolición del tráfico de esclavos”. Una ley que no demandaba la libertad absoluta de los esclavizados, sino que propuso que todos los nacidos de mujeres esclavizadas a partir de la fecha, estuvieran bajo un sistema de tutelaje hasta los 18 años, luego de esta edad, el hijo de esclavizada debía pagar al dueño de la hacienda el dinero con el que fue alimentado.
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Escudo de la República de Haití
1807
1807
Para el año 1839 se estipulaba como fecha en la que se les daría libertad a los primeros hijos de esclavizadas, sin embargo, a raíz de una serie de guerras civiles denominadas “las guerras de los supremos” esta ley no entró acción, y en su lugar se extendió la edad de libertad hasta los 25 años bajo una nueva ley “Ley de aprendizaje” en 1842. Esta propuso no solo extender el tiempo de tutelaje, también la construcción de partidas de bautizo que serían registradas a partir de la fecha por la iglesia para estimar el tiempo de mayoría de edad y con ellas asignarles a los hijos de esclavizadas, roles sociales para trabajar en las haciendas hasta cumplir la edad límite impuesta por dicha ley.
Tras los rumores de que Padilla estaba aprovechando su popularidad en los sectores empobrecidos en el norte del país y su aceptación frente a los grupos de libertos y reaccionarios, es tomado preso y sentenciado por supuesta conspiración en contra de Bolívar y por incentivar una posible guerra de razas en detrimento del poder de la élite. Finalmente, Padilla fue fusilado en octubre del año 1828 bajo la orden de Simón Bolívar, su cuerpo fue colgado en el espacio público como una acción ejemplificadora y de escarmiento. Padilla, descubrió al igual que muchos otros afrodescendientes que si amenazaban el poder de la élite criolla serían acusados de fomentar “una guerra de razas”, dado que se antepuso a las aspiraciones de dictadura propuestas por Bolívar.
Tras los rumores de que Padilla estaba aprovechando su popularidad en los sectores empobrecidos en el norte del país y su aceptación frente a los grupos de libertos y reaccionarios, es tomado preso y sentenciado por supuesta conspiración en contra de Bolívar y por incentivar una posible guerra de razas en detrimento del poder de la élite. Finalmente, Padilla fue fusilado en octubre del año 1828 bajo la orden de Simón Bolívar, su cuerpo fue colgado en el espacio público como una acción ejemplificadora y de escarmiento. Padilla, descubrió al igual que muchos otros afrodescendientes que si amenazaban el poder de la élite criolla serían acusados de fomentar “una guerra de razas”, dado que se antepuso a las aspiraciones de dictadura propuestas por Bolívar.
Estas son palabras premonitoras de Padilla:
“No es ésta la primera tentativa con que mis enemigos, los enemigos de mi clase [los pardos], han tratado de desconceptuarme delante del gobierno, delante de mis conciudadanos, delante del mundo entero; ya se ve, yo no pertenezco a las antiguas familias, ni traigo mi origen de los Corteses, los Pizarros, ni de los feroces españoles que por sus atrocidades contra los desgraciados indios, su rapiña, su usura y su monopolio amontonaron riquezas con que compraron nuevos abuelos [...]
Ciudadanos, que sensible es en mi corazón contemplar que los sacrificios que he hecho por mi Patria, y que me han adquirido el alto rango que obtengo, sean el motivo del celo, de la rabia y del negro odio con que me miran esos hombres a quienes Colombia no debe sino traiciones e indiferencia, esos hombres que cada día y desvergonzadamente redoblan sus ataques y minan el santo edificio de la libertad y de la igualdad del pueblo, para levantar sobre sus ruinas el tablado de la ambición, y sustituir a las formas republicanas las de sus antiguos privilegios y la dominación exclusiva de una pequeña y miserable porción de familias sobre la gran mayoría de los pueblos”.
“No es ésta la primera tentativa con que mis enemigos, los enemigos de mi clase [los pardos], han tratado de desconceptuarme delante del gobierno, delante de mis conciudadanos, delante del mundo entero; ya se ve, yo no pertenezco a las antiguas familias, ni traigo mi origen de los Corteses, los Pizarros, ni de los feroces españoles que por sus atrocidades contra los desgraciados indios, su rapiña, su usura y su monopolio amontonaron riquezas con que compraron nuevos abuelos [...]
Ciudadanos, que sensible es en mi corazón contemplar que los sacrificios que he hecho por mi Patria, y que me han adquirido el alto rango que obtengo, sean el motivo del celo, de la rabia y del negro odio con que me miran esos hombres a quienes Colombia no debe sino traiciones e indiferencia, esos hombres que cada día y desvergonzadamente redoblan sus ataques y minan el santo edificio de la libertad y de la igualdad del pueblo, para levantar sobre sus ruinas el tablado de la ambición, y sustituir a las formas republicanas las de sus antiguos privilegios y la dominación exclusiva de una pequeña y miserable porción de familias sobre la gran mayoría de los pueblos”.
El miedo de Bolívar fue expresado en múltiples cartas enviadas a su equipo de gobierno, una de ellas fue enviada en 1825 a Santander formulando:
“La igualdad legal no bastante para el espíritu que tiene el pueblo, que quiere que haya igualdad absoluta, tanto en lo público como en lo doméstico, y después querrá la pardocracia, que es la inclinación natural y única, para exterminio después de la clase privilegiada. Esto requiere, digo, grandes medidas, que no me cansaré de recomendar”. La abolición de la esclavitud fue firmada en el año 1851, y tomó acción el 1 de enero del año 1852, 30 años después de la promesa de Bolívar a Haití. Vale la pena tener presente que durante los procesos de independencias, los descendientes de africanos en el territorio americano, se matricularon en una serie de organismos rebeldes por la demanda de sus libertades, entre ellos se destaca al cimarronaje y la construcción de palenques, al igual que a los Zurriagos, grupos compuestos por libres y esclavizados que nacen en las sociedades demócratas para el castigo físico de esclavistas.
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