Antecedente
Drexciya es un territorio ubicado en el fondo del Atlántico, poblado por los hijos no natos de mujeres africanas embarazadas que fueron arrojadas hacia el mar por la borda en embarcaciones esclavistas. Embarcaciones que transportaban desde 1525 hasta 1866 a personas capturadas desde el occidente del continente africano hacia los principales puertos en América.
En esta narración de ficción, los hijos de las mujeres esclavizadas, se adaptaron en los vientres de sus madres a la sal del mar y aprendieron a respirar bajo el agua, los cuerpos de las mujeres que tocaban el fondo del océano, eran rescatados por los habitantes del país submarino. Este es un mito que nace en Detroit en 1992 con el grupo afro de música electrónica nombrado de la misma manera, se trata de una afroficción del mito de la Atlántida de Platón. Al interior de sus discos, los músicos presentan manifiestos de su filosofía y narran cómo se ve y gobierna este país. |
Imagen Drexciya. Aquatic Invasion, 1994. Underground Resistance.
Drexciya es entonces para este proyecto de investigación creación, una narración que revisa la noción hegemónica de la historia lineal al presentar una versión de las posibilidades de vida humana no terrenal, humanizando a las personas africanas y afrodescendientes que fueron esclavizadas bajo la noción de las “razas humanas” ordenadas jerárquicamente entre humanos (europeos blancos cristianos) y no humanos (africanos y afrodescendientes no cristianos).
En esta narración, entonces, la ficción nos propone estudiar de manera crítica la historia universal occidental, el nacimiento y la consolidación de América, la visión colonial sobre los territorios extra europeos, y finalmente, las representaciones históricas elaboradas sobre los cuerpos y territorios de africanos y afrodescendientes. |
Algunas palabras de los integrantes de la banda:
“(…) las cuestiones del futuro son absolutamente críticas: para los afroamericanos, los latinoamericanos, los asiático-americanos y todas las subjetividades de la diáspora, la ciencia ficción no es un escapismo. Es al revés: la ciencia ficción es una especie de teoría de la evasión que te permite diagnosticar las trampas de la sociedad, especialmente una sociedad basada en el poder policial, basada en la supremacía blanca y basada en una especie de jerarquía estética que se niega continuamente a aceptar a los africanos”. “La mitología de Drexciya tiene raíces en las leyendas sobre los Igbo, los africanos menos preferidos para el comercio de esclavizados, porque se sabía que saltaban de los barcos y se ahogaban. Incluso hay mitos acerca de que no se ahogaron, sino que caminaron o volaron de regreso a África”. |
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Texto [reinterpretación del mito de Drexciya]. Luciano Peláez
--Escucha, hija mía.
—¿Nuestra historia, Nzila?
--Escucha bien --dice la anciana acercando ahora su oreja al tronco rugoso del baobab—. Es el tiempo el que suena.
—¿Nuestra historia, Nzila?
--Escucha bien --dice la anciana acercando ahora su oreja al tronco rugoso del baobab—. Es el tiempo el que suena.
Un madero a su suerte dibuja figuras sobre el mar. De repente, un zambullido. Unos hombres han arrojado mujeres embarazadas desde el barco. Las madres, mujeres africanas despojadas, alternan plegarias con llanto. Cada zambullido es una cicatriz en el agua, es Drexciya anunciándose en las profundidades.
Drexciya es muchas cosas. Es una sociedad en el Atlántico abisal poblada por quienes cayeron de la borda de barcos esclavistas que llevaban personas capturadas en el occidente africano. Iban, los barcos, hacia América. Desde 1525 hasta 1866 millones de personas murieron en nombre del progreso. Pero la sal, con sus cristales, preparó a los primeros bebés caídos para respirar bajo el agua, un agua oscura y profunda. Poco a poco los habitantes del enclave submarino, los drexciyanos, fueron aprendiendo a estar en el fondo, lejos de casa. Tanto tanto adaptaron sus circunstancias, que hoy son una sociedad científica dedicada a desarrollar conocimientos para vivir en aguas recónditas.
Ubicada en la Latitud de los Caballos, a contrapelo de lo que acontece en la superficie, en eso que llamamos Occidente, la medida del tiempo obedece a otras lógicas. Y es que su noción del mundo está teñida por las espiritualidades de África, sin arriba o abajo, hacia el mismo horizonte.
Los drexciyanos van lento, aprovechando las corrientes para impulsar sus naves, atentos a la luz de la Luna que se prolonga en haces hasta sus hogares, a las señales del baobab, un susurro del pasado compartido.
Drexciya es muchas cosas. Es una sociedad en el Atlántico abisal poblada por quienes cayeron de la borda de barcos esclavistas que llevaban personas capturadas en el occidente africano. Iban, los barcos, hacia América. Desde 1525 hasta 1866 millones de personas murieron en nombre del progreso. Pero la sal, con sus cristales, preparó a los primeros bebés caídos para respirar bajo el agua, un agua oscura y profunda. Poco a poco los habitantes del enclave submarino, los drexciyanos, fueron aprendiendo a estar en el fondo, lejos de casa. Tanto tanto adaptaron sus circunstancias, que hoy son una sociedad científica dedicada a desarrollar conocimientos para vivir en aguas recónditas.
Ubicada en la Latitud de los Caballos, a contrapelo de lo que acontece en la superficie, en eso que llamamos Occidente, la medida del tiempo obedece a otras lógicas. Y es que su noción del mundo está teñida por las espiritualidades de África, sin arriba o abajo, hacia el mismo horizonte.
Los drexciyanos van lento, aprovechando las corrientes para impulsar sus naves, atentos a la luz de la Luna que se prolonga en haces hasta sus hogares, a las señales del baobab, un susurro del pasado compartido.
Plan en boceto para construcción del universo Drexciya
*Observan la Luna y se rigen por el sistema calendárico borana de Etiopía.
Cuentan 27 días y sus 12 meses llevan el nombre de fases lunares en relación con un grupo de estrellas: Lami, Busan, Bakkalcha, Algajima, Arb Gaddu, Urji Walla y Basa. *La organización arquitectónica de su territorio funciona con cápsulas flotantes con diversas habitaciones ordenadas horizontalmente.
Con el estudio de los peces abisales productores de luz, iluminan sus casas eficientemente empleando la proliferación de la bacteria bioluminiscente Vibrio fischeri. *Su núcleo espiritual es la gran recámara submarina en donde siembran un baobab. Este lugar también es su centro de rituales funerarios en donde honran a sus ancestras: las primeras mujeres arrojadas por la borda.
En la caverna pueden respirar aire. Gracias a la gran acumulación de bacterias bioluminiscentes en los techos, el baobab recibe luz y se mantiene vivo. Imagen generada con inteligencia artificial
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*Así como las lenguas joisanas de Angola, los drexciyanos emiten chasquidos en infrasonidos para comunicarse y advertir campos eléctricos de información.
Logran distinguir su ubicación a través de la ecolocalización aprendida de los tiburones, ballenas y delfines. *En sus naves BK utilizan instrumentos para la medición del tiempo y la observación de cuerpos astronómicos.
Estas herramientas son capaces de captar radiación electromagnética y estudiar la radiofrecuencia emitida por los objetos astronómicos. Imagen generada con inteligencia artificial
*Construyen biorreactores en capas superficiales del océano para el cultivo flotante de algas y peces. En estos sistemas hacen crecer organismos encapsulados: unos almacenados en agua de lluvia; y otros en aguas saladas.
Boceto sala de exhibición
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Esta es la estrella Polaris, la estrella utilizada para la invención de un norte y un sur en la tierra. Esta esfera de luz, guió las noches de mis ancestros en el mar cuando los hombres blancos comenzaron a secuestrarnos y vendernos en América.
Sobre las aguas lentas y espesas del océano Atlántico navegan millones de cárceles en forma de barcos. Mis ancestros saltaron al mar, aunque otros fueron arrojados contra su voluntad. Los hombres blancos creyentes de la fe cristiana han justificado su tiranía bajo la violenta teoría, el racismo científico.
Sobre las aguas lentas y espesas del océano Atlántico navegan millones de cárceles en forma de barcos. Mis ancestros saltaron al mar, aunque otros fueron arrojados contra su voluntad. Los hombres blancos creyentes de la fe cristiana han justificado su tiranía bajo la violenta teoría, el racismo científico.
Los primeros pobladores crecieron en los vientres de sus madres ahogadas y se adaptaron a la sal del mar y fundaron nuestro territorio submarino: Drexciya.
Mi abuela Nzila, que era namibia, cayó al mar empuñando el fruto de un baobab. La semilla creció en la fosa volcánica en el centro de nuestro territorio y hoy es nuestro fundamento espiritual. Con el paso de las lunas, aprendimos de los peces de las profundidades a respirar y soportar las bajas temperaturas; con su luz, a iluminar las vías y nuestros criaderos de plantas y animales. |
Estudiamos los cantos de las ballenas y a la distancia advertimos la llegada de futuros drexciyanos venidos desde África. Mientras navegan sobre nuestras cabezas escuchamos las conversaciones del calendario borana de los oromo de Etiopía, con el que aprendimos a medir el tiempo.
Desde la superficie estudiamos a Polaris con sospecha en las noches de luna llena y escuchamos, al fondo del océano, el eco de nuestra sociedad organizándose y aprendiendo a ser con el agua, preparándose para emerger y ser también con el aire y la luz del sol.